Esta será muy probablemente la última entrada del blog de este año porque francamente, mañana poco o nada tendré que añadir. Entre el chocolate, un patio que probablemente dure más tiempo del habitual y toda la mañana jugando con lo que sea que se hayan traído al colegio, pues ya me contaréis.
Así que antes de que se me olvide ponerlo y le dé al botón de publicar, permitidme que os desee unas felices fiestas y que el año que comieza os proporcione alegría tras alegría.
Al turrón. Esta mañana les he dado la hoja con los ejercicios de Matemáticas que ayer os comenté en la reunión a aquellos que vinisteis. Tal y como os dije, el objetivo es que durante todos o casi todos los días de estas vacaciones resuelvan alguna (dos o tres) divisiones para que practiquen la mecánica cada día. Como os podréis imaginar, en un descuido me he encontrado a alguno que otro que ya había resuelto nueve o diez para quitárselo de encima cuanto antes y poder dedicarse a la vida contemplativa… Error. Que lo hagan poco a poco, que si no no servirá de gran cosa. Os recuerdo que no hace falta que lo traigan al colegio en enero; revisad las dos o tres que hagan cada día vosotros mismos y con eso será suficiente.
La novedad del día ha sido el uso de tabletas en clase de Inglés. Se han puesto como motos (de mayor cilindrada que la habitual, digo). El día que alguno pruebe el café va a parecer el diablo de Tasmania de los Looney Tunes, eso también. El caso es que han jugado y por los alaridos diría que se lo han pasado bien.
El resto de la mañana ha traído pocas novedades (al menos de las que tenga constancia) si bien habréis recibido por EducamosCLM una comunicación en la que figura el reglamento de cara a la puesta en marcha de la actividad de deporte complementario de este curso. Tengo las autorizaciones en clase sin repartir, dudando si darlas ya o esperarme a la vuelta de las vacaciones. Nosotros empezaríamos a finales de enero, así que hay tiempo de sobra para que la firméis y para que paguéis el correspondiente importe. Supongo que mañana no es el mejor día para que les entregue ningún papel, así que probablemente las deje en mi mesa hasta el primer día de clase del mes de enero. Sea como fuere, recordad que el deporte de este año es el rugby; si se van a zurrar, que lo hagan con reglas.
Ayer por la noche llegué a mi casa ya tarde (y con pocas ganas de escribir), así que os hago ahora un brevísimo resumen de algunos de los temas tratados durante las ¿dos horas? que compartimos. Comenté que los resultados curriculares obtenidos hasta ahora por vuestros hijos estaban bien y dentro de parámetros de absoluta normalidad (algún murmullo de desaprobación se oyó…). Comenté lo evidente, que las calificaciones de Lengua son más bajas que las del resto de áreas debido a importantes y numerosísimos errores ortográficos. Intenté justificar por qué damos ese valor a la ortografía y os pedí colaboración para corregir un problema que ahora mismo es evidente. Si de vez en cuando (esos días en los que apenas llevan deberes, que también los hay) les hacéis pequeños dictados de dos o tres líneas y los corregís con ellos, entre lo que hagamos en clase y vuestro apoyo seguro que a lo largo del ciclo reducen drásticamente la cantidad de faltas que cometen. Al menos debemos intentarlo.
La mayor parte del tiempo la reunión se asemejó más bien a una sesión de terapia grupal que a otra cosa. Supongo que cada uno se marcharía más o menos convencido, pero recalco por aquí la que creo que es la idea principal. Ayudadles a ser cada vez más autónomos y recordad que no hace falta que les saquéis las castañas del fuego siempre. Si en alguna cuestión puntual veis que realmente sin vuestra ayuda se les va a hacer bola, ayudadles, por supuesto. Lo que yo defiendo es dejarlos un poco sueltos para que asuman sus propias responsabilidades, pero de eso a desentenderse de ellos hay un trecho bastante largo. Si medimos mal corremos el riesto de que pasen olímpicamente de todo, y entonces la habremos liado parda. En resumen, lo que realmente necesitan es aprender a defenderse por sí mismos (y a apechugar cuando no hacen lo que deben). Aún tenemos cuatro años de colegio por delante, así que estamos trabajando a largo plazo.
De cara a mañana, repito lo que creo que ya escribí en una ocasión anterior. Uniformados correctamente o uniformados sustituyendo la chaqueta o polo por un jersey navideño. Si queréis añadir diadema, gorrito, etc. no hay problema. En la mochila, nada de libros. Un juguete (pero uno) apto para uso en interiores (ni balones, ni raquetas, ni peonzas, ni pistolas de proyectiles, ni armas de destrucción masiva) y en ningún caso electrónico (ni tablets, ni consolas, ni nada por el estilo). Nada que vayáis a lamentar en exceso si accidentalmente se rompe o si se extravía algún componente, porque puede ocurrir (y de hecho ocurre de vez en cuando).
En fin, no os aburro más. Gracias por leerme, que creo que ayer no os lo dije. Un saludo.