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Pequeño desastre. Bueno, no, gran desastre. Un tercio de la clase (¡ocho!) no ha entregado los exámenes de vuelta. Además mucho me temo que varios de los implicados ni siquiera os los habrán enseñado durante el fin de semana… En fin, que mañana me los entreguen, please.

Empiezo con dos temas. Tras las lluvias del pasado fin de semana y las previstas para esta tarde y mañana (se acaba de poner a granizar otra vez), se ha anulado la sesión de rugby de mañana. Estamos hablando con el club para ver cuándo podemos reubicarla, que no andamos precisamente sobrados de fechas. En cuanto nos digan algo os lo comunico.

Tengo en clase ejemplares del cuaderno de actividades que todos los años proponemos a nuestros alumnos realizar durante el verano, por aquello de no dejarlos tres meses en barbecho. Como siempre, su adquisición es totalmente voluntaria. Ya sea ese cuaderno (o cualquier otro), yo os recomiendo encarecidamente que hagan algo. En la reunión de final de curso insistiré sobre este tema, porque si hacemos una parada total durante el verano, septiembre será dramático. El precio del cuaderno que tengo en clase es de 13 euros, que quien quiera puede traerme desde ya.

Con el cierre del curso a punto de llegar, tenemos que empezar a dejar asuntos resueltos. El primero de ellos sería la devolución al centro de los libros pertenecientes a los lotes de préstamo que algunos (concretamente seis) recibisteis allá por septiembre. Esos lotes pueden estar formados por un número distinto de libros (a partir de tres el más pequeño), dependiendo del tramo de ayuda. Nos han informado de que deben quedar custodiados en el centro el viernes 14 de junio como fecha límite, por lo que pido por favor a esas seis personas que localicen todos los libros que les prestamos allá por septiembre y que los traigan de vuelta al colegio para que podamos recuperarlos y ofrecerlos nuevamente en préstamo el año que viene.

Lo dejamos aquí, no sin advertir que detecto entre muchos de vuestros hijos cierta dejación de funciones propia de la cercanía de las vacaciones que no me gusta un pelo. Están al caer, sí, pero todavía no estamos ahí. Que ocho personas hayan dejado de traer los exámenes de vuelta, por ejemplo, me parece un indicativo de que la cabeza no está en su sitio, pero en el día a día se ven otros detalles que refuerzan esa impresión. La semana pasada fue rara y no ayudó, pero lo dejo escrito por aquí para que entre unos y otros consigamos mantenerlos con el modo académico activado las dos semanas que nos quedan hasta el final oficial del curso.

Un saludo.